martes, 3 de marzo de 2009

Figuras Retóricas



Suele ser bastante frecuente la división de las figuras retóricas en figuras de pensamiento y figuras de dicción. Las de pensamiento requieren una elaboración más intelectual y exigen, por lo tanto, una interpretación.
Otra de las divisiones posibles es basarse en el tipo de recurso empleado según el nivel lingüístico. Teniendo esto en cuenta podemos dividir las figuras retóricas en figuras de recursos sintácticos, fonéticos o semánticos.

RECURSOS FONÉTICOS

Aliteración: Combinación o repetición de sonidos en una misma frase a fin de buscar un efecto musical o sonoro.

Ejemplo: "En el silencio sólo se escuchaba un susurro de abejas que sonaba". (Garcilaso)

Onomatopeya: Casi lo mismo que la aliteración. Empleamos los sonidos de nuestro lenguaje para imitar un ruido.

Ejemplo: Crash, splass, toc-toc, bruummm...

(Puede hablarse de los efectos de estos dos recursos diciendo que son eufónicos (si suenan bien, o de forma que se considere agradable) o cacofónicos (en caso contrario).

RECURSOS SINTÁCTICOS

Elipsis, suspensión y reticencia: Son muy parecidas. Consisten en omitir algún elemento de la frase. Un verbo en el titular de un periódico (elipsis), el final de una frase porque es perfectamente previsible (suspensión) o remarcando el final para conseguir otro efecto (reticencia).

Ejemplo: No se ha hecho la miel para la boca del... aquí presente.

El caso extremo de esta figura es el zeugma, un figura de construcción consistente en que si una palabra aparece en el primer elemento de una enumeración, ha de sobreentenderse en los demás.

Ej: "Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza." (Cervantes)

Hipérbaton: Alterar el orden sintáctico normal de los elementos de una frase.

Ejemplo: "Estos, Fabio, ¡ay dolor! que ves ahora, campos de soledad, mustios collados". (R. Caro)

Asíndeton: Eliminación de nexos. Se da brevedad e ímpetu a la frase.

Ejemplo: "Y entre las nubes mueve su carro Dios, ligero y reluciente; horrible son conmueve, relumbra fuego ardiente, tiembla la tierra, humillase la gente". (Fray Luis de León)

Polisíndeton: El caso contrario del anterior. Utilización de más conjunciones de las necesarias.

Ejemplo: "Y los dejó y cayó en despeñadero el carro y el caballo y caballero" (Herrera)

Sinonimia: Es una acumulación de sinónimos. Suele indicar el deseo de precisión conceptual.

Ejemplo: "La gloria, el éxito, la popularidad, el espejismo de ser conocido, estimado y admirado, se presenta de distinta manera a los ojos de los escritores" (Baroja)

Epíteto: Empleo de adjetivos que pueden considerarse innecesarios.
Ejemplo: "Cual queda el blanco lirio cuando pierde su dulce vida entre la hierba verde." (Garcilaso)

Paráfrasis o amplificación: Consiste en ampliar un modelo.

Ejemplo: "Todo en ella encantaba, todo en ella atraía, su mirada, su gesto, su sonrisa, su andar... El ingenio de Francia de su boca fluia. Quien la vio no la pudo ya jamás olvidar." (A. Nervo)

Anáfora: Repetición de una o más palabras al comienzo de la frase o del verso.

Ejemplo: "Aquí fue Troya, aquí mi desdicha y no mi cobardía se llevó mis alcanzadas glorias; aquí usó la fortuna conmigo de sus vueltas y revueltas; aquí se oscurecieron mis hazañas, aquí, finalmente, cayó mi ventura para jamás levantarse." (Cervantes)

Epífora: Repetición de una o varias palabras al final de frases sucesivas.

Ejemplo: "de padres ladrones, críense con ladrones, estudian para ladrones..." (Cervantes)

Epanadiplosis: Empezar y terminar un verso o frase con la misma palabra.

Ejemplo: "¡Hurra, cosacos del desierto, hurra!" (Espronceda)

El caso contrario, es decir, emplear una misma palabra al final de una frase o verso y al principio de la siguiente recibe el nombre de Anadiplosis. Si esta figura se continúa puede recibir el nombre de concatenación.

Ejemplo: "La justicia es todo sabiduría, y la sabiduría es todo orden, y el orden es todo razón, y la razón es todo procedimiento, y el procedimiento es todo lógica." (Benavente).

Otra variante es la llamada conduplicación:

Ejemplo: "Yo quisiera en mí mismo confundirte confundirte en mí mismo y entrañarte; Yo quisiera en perfume convertirte, convertirte en perfume y aspirarte." (Salvador Díaz)

El juego consistente en repetir las mismas palabras en diferentes lugares de la misma frase o de otras tiene más variantes: una de ellas es el quiasmo que consiste en cruzar pares de palabras.

Ejemplo: "Llamadesme Montesinos, Montesinos me llamad" (Romance de Montesinos).

Retruécano: Repetir en una frase, con orden inverso, los elementos de otra.
Ejemplo: "En este país no se lee porque no se escribe, o no se escribe porque no se lee." (Larra).

Paronomasia: Es un juego de palabras que consiste en utilizar dos palabras de sonidos parecidos, aunque de distinta significación.
Ejemplo: "Por manera que en la buena república el sacerdote ora, el labrador ara" (Fray Antonio de Guevara).

Sinestesia: Es otro juego de palabras que consiste en desplazar un adjetivo de un campo sensorial a otro.

Ejemplo: Cuando hablamos de "música dura" o de "canción pegadiza".

Los últimos juegos de palabras que hemos citado suelen estar en la línea divisoria entre las figuras de dicción y las figuras de pensamiento. Faltan unas cuantas figuras, pero no están en la lista, entre otras razones, porque son menos frecuentes y porque pueden confundirse con facilidad con las que hemos enumerado hasta aquí. De todas maneras citaremos unos cuantos nombres para que, quien esté poseído por la curiosidad, busque su significado y sus ejemplos correspondientes en un diccionario, enciclopedia, o tratado específico de figuras retóricas. Así pues, serían la conversión, la complexión, la reduplicación, la similicadencia, la paradiástole, etc.

RECURSOS SEMÁNTICOS

Muchos de los recursos semánticos están relacionados con la polisemia, es decir, con aquella palabra que posee más de un significado. Así pues, en este apartado tenemos la dilogía o silepsis, que consiste en jugar con los dos significados de una palabra. Es muy frecuente en la publicidad.

Ejemplo: "Este trabajo es una lata" (y se anunciaban botes de pintura) Ejemplo literario: "El era un clérigo cerbatana, largo sólo en el talle" (Quevedo)

En este terreno también entra el calambur en el que se juega con las sílabas de dos palabras contiguas para producir una palabra de sentido distinto.
Ejemplo: "La película ha sido dirigida por Richard Cutero y escrita por Richard Nizzero" (De "El Pais Imaginario").

También entran en este apartado los juegos de palabras basados en la homonimia, que son aquellas palabras que suenan igual, aunque se escriben diferente y tienen diferente significado. En el caso de la anfibología, se potencia uno de los significados en busca de un resultado chocante.

Ejemplo: "Anita ¿qué te toca ese músico?" (Salvador Jordán)

Antítesis: Emplear palabras de significado opuesto.

Ejemplo: "Con mayor frío vos, yo con más fuego" (Herrera)

Paradoja: Consiste en unir dos ideas que, en principio, parecen irreconciliables.

Ejemplo: "Vivo sin vivir en mí y tan alta vida esperoque muero porque no muero" (Santa Teresa).

Una especial variante la ofrece el oxímoron. En esta figura no se juega con ideas, sino con términos que, no sólo parecen irreconciliables, sino que lo son.

Ejemplo: Hablar de "cruel ternura" o de un "rascacielos horizontal".

Gradación: Es una serie significativa ordenada de menos a más o de más a a menos.

Ejemplo: "en tierra, en humo, en polvo, en sombra , en nada" (Góngora)

Hipérbole: Consiste en exagerar en la presentación de la realidad que se quiere representar.

Ironía: Expresar, en clave de burla, lo contrario de lo que se quiere comunicar.
Exige una pronunciación cuidada.

Ejemplo: "Y aquí, para entre los dos,si hallo harto paño, en efecto, con muchísimo respeto os he de ahorcar, juro a Dios."

Símil o comparación: Consiste en comparar explícitamente el término real con el objeto poético. Exige la presencia de un 'como'. Véase en el siguiente ejemplo extraído de la sabiduría popular:

Ejemplo: "El amigo verdadero ha de ser como la sangre que siempre acude a la herida sin esperar que la llamen"

Metáfora: La metáfora es, en la práctica, lo mismo que una comparación, pero el 'como' se elimina. Es decir, se procede a afirmar la identidad entre el objeto real (A) y el objeto poético (B). Tendríamos, a grandes rasgos, dos tipos de metáforas: aquella en la que aparecen A y B (Tus dientes son perlas) y aquella en la que el objeto real desaparece y es suplantado por el objeto poético, es decir, sólo aparece B (Las perlas de tu boca). Algunos autores las llaman metáforas puras e impuras y otros metáforas de primer y segundo grado.
Tropos: En estas figuras retóricas existe siempre una relación de proximidad entre el objeto real y el objeto representado. Como la palabra proximidad es muy ambigua procederemos a la clasificación clásica de los tropos. Solían dividirse en dos bloques:

a) Sinécdoque
· La parte por el todo o viceversa: mil cabezas por mil reses. · El singular por el plural o viceversa: el español es valiente. · El individuo por la especie: es un Nerón, un Mecenas, un Quijote. · El número determinado por el indeterminado.

b) Metonimia
· La causa por el efecto: las canas merecen respeto.· El autor por su obra: he comprado un Picasso.· El símbolo por lo simbolizado: La espada (el ejército), la cruz (El cristianismo).· El lugar por la cosa que de él procede: un Jerez. · Lo específico por lo genérico: no se gana el pan. · Lo abstracto por lo concreto: el amor es egoísta (aunque esto sea también una personificación).
· La materia por la cosa que está hecha con ella: el acero (la espada) los bronces (las campanas). A esta figura también se la llama jitanjáfora.· El instrumento por quien lo maneja: el primer violín de la orquesta.· El continente por el contenido: ¿Tomamos unas copas?, etc.
Con este listado no se terminan, evidentemente, las posibilidades del lenguaje. Cada estilo, cada necesidad, cada autor, recurre a recursos propios o a figuras que quizás habían caído en desuso. Enumeraremos unas cuantas figuras más, aptas sólo para curiosos empedernidos, que deseen buscar sus significados y ejemplos. Algunas (no todas, ni mucho menos) podrían ser las siguientes: concesión, corrección, enumeración, preterición, epifonema, lítote (lo contrario de hipérbole), etc, etc, etc.

Incluso no debe olvidarse que hay figuras retóricas que no son juegos sintácticos ni de palabras, sino que exigen una exposición amplia y a las que se denomina, propiamente hablando, figuras retóricas. Un listado sucinto (ya que ejemplificarlas resultaría excesivamente prolijo) sería el que a continuación se detalla: Prosopografía: descripción de los rasgos físicos o externos de una persona.

Etopeya: descripción de los rasgos morales o internos.

Retrato: combinación de los dos anteriores. Si la descripción es muy viva se llama hipotiposis.

Exclamación: Desahogo de sentimientos.

Interrogación e interrogación retórica. Pregunta que no necesita respuesta porque se da por supuesta.

Apóstrofe: Invocación a seres reales o imaginarios.

Personificación: Atribuir cualidades humanas a seres inanimados o abstractos.
Sentencia: es una reflexión profunda y tajante.

También de estas últimas figuras hay muchas más, pero nos limitamos a enumerar las de mayor frecuencia de aparición y no cansar la memoria con un listado que puede parecer, no sólo inoperante, sino también inútil. Sin embargo, quien esto piense se delatará a sí mismo, pues estas figuras retóricas son muy abundantes en el lenguaje coloquial y cotidiano, aunque las estudiemos como distintivas de otros lenguajes, fundamentalmente el literario.
En el fondo todos somos poetas y vale la pena saber qué recursos utilizamos, cómo se llaman y descubrir, si se puede, o se sabe, recursos nuevos.

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