martes, 22 de septiembre de 2009

Modernismo en Guatemala





A finales del siglo XIX América Hispana se adelanta en su literatura. En el Nuevo Mundo surge el Modernismo, movimiento al que se une gran parte de la juventud escritora americana. Guatemala tiene la fortuna de albergar a tres de los más destacados autores de la nueva forma: José Martí, Rubén Darío, José Santos Chocano.
El joven guatemalteco Enrique Gómez Carrillo absorbió todo aquel influjo de tal forma que se convirtió en una de las plumas más activas de la nueva era. Desde París, a donde su intranquilidad lo envió, redactó muchas de las mejores obras que tenemos de aquel entusiasmo americano. El resto de la juventud también fue afectada y aunque el carácter conservador guatemalteco limitó y retrasó la exposición, se reconocen varios autores alineados al Modernismo. Rafael Arévalo Martínez, Félix Calderón Ávila, Rodolfo Calderón Pardo, María Cruz, Domingo Estrada, Enrique Gómez Carrillo, Francisco Lainfiesta, José Rodríguez Cerna y Máximo Soto Hall.
Para tener un idea de la fascinante y completa personalidad de Enrique Gómez Carrillo, gran señor de las crónicas y de los amores, hay que seguir los pasos de su formación de escritor y las huellas impresas en las características de su estilo literario. Para ellos, es indispensable partir de su casi novela autobiográfica “Treinta años de mi vida”, formada pro tres partes “Al despertar del alma”, donde dejó tantos sentidos recuerdos guatemaltecos; “En plena bohemia” sobre su vida en París y “La miseria de Madrid” de sus años en España.
Rubén Darío participó con, o fue el líder de, muchos movimientos literarios en Chile, España, Argentina, y Nicaragua. El movimiento modernista era una recopilación de tres movimientos de Europa: romanticismo, simbolismo, y el parnasianismo. Estas ideas expresan pasión, arte visual, y armonías y ritmos como música. Darío fue un genio de este movimiento. Su estilo es exótico y muy colorado. Sus poemas especialmente contienen todos estos sentimientos. En su poema "Canción de Otoño en Primavera." hay mucha evidencia de pasión y emociones fuertes. Pronto muchos literarios comenzaron a usar su estilo en una forma muy elegante, y cuidadosa, usando su estilo y sus palabras para hacer música con la poesía.

LO FATAL



A René Pérez



Dichoso el árbol que es apenas sensitivo,y más la piedra dura, porque ésa ya no siente,pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente.Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,y el temor de haber sido y un futuro terror…Y el espanto seguro de estar mañana muerto,y sufrir por la vida y por la sombra y porlo que no conocemos y apenas sospechamos,y la carne que tienta con sus frescos racimos,y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,¡y no saber adónde vamos,ni de dónde venimos!…



Escogí “Lo Fatal” de Rubén Darío porque considero que muchas personas nos identificamos con este poema, me atrevería decir que todos!!!! En realidad somos simples personitas aprendiendo de la vida día a día de experiencias alegres, tristes, fuertes, y que muchas veces nos hieren. Como èl menciona en este poema, “no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo”. Esa inseguridad que de pronto se apodera de cada ser, Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, y el temor de haber sido y un futuro terror… ¡y no saber adónde vamos, ni de dónde venimos!…

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